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SAUDADE

Enfado

Ayer rompí mi "abstinencia de discusiones" (ni recuerdo cuando fue la última vez), sin quererlo, obligada por las circunstancias, lo cual me crispa todavía más, porque no es que yo tuviese la intención de verme envuelta en esa conversación es que de repente me encontré allí, dando vueltas y vueltas, con mi tono de voz tan serio que a veces asusta, lo reconozco.
Resulta que P. comentó que S. estaba completamente desmotivada para un trabajo que van a empezar juntas en breve, que no se le veía con iniciativa, que no sabía dónde se había metido al dejar su trabajo anterior, que no se había planteado muchas cosas, que durante el mes que estuvo en Madrid parecía que no tenía ganas...
Yo conocí a S., coincidí con ella desde que llegó a esta ciudad hasta que se fue y pude apreciar perfectamente la evolución de su humor. Al principio vivían juntas S. y N., más tarde llegó a ese piso (que habían alquilado por un mes) P., ese momento fue el desencadenante de la crisis de S., ella tenía la intención de pasar unas cuantas semanas estudiando y divirtiéndose, aprovechando el tiempo conociendo la ciudad, era la alegría personificada, pero tenía un defecto... resulta que era de pueblo, me explico, su forma de comportarse era considerada por sus dos compañeras como vulgar, su estilo estridente, incluso su belleza, porque S. era realmente guapa. Fui a visitarles bastantes veces, al salir del gimnasio, porque su piso estaba a cinco minutos andando. Allí pude comprobar in situ cómo N. y P. le contestaban e ironizaban sobre muchos de sus comentarios. La última semana antes de irse lo pasó fatal, me comentó que P. le trataba como si fuese tonta o algo así. Ya no se reía. Me enfada que la gente se ensañe con alguien por el simple hecho de ser distinta en vez de respetar su singularidad. Reconozco que es algo que me pone realmente mala. Así que ayer cuando P. empezó a comentar todo aquello de que quizás S. no rindiese en el trabajo porque ya se había agobiado aquí me enfadé, me enfadé por dentro y puse cara de ogro por fuera. Muchas veces me han dicho que soy bastante transparente y que no puedo disimular mis estados de ánimo, creo que tienen razón. Así que entré al trapo, le dije que ella no sólo se había encontrado mal por eso, mientras le miraba con ojos de fuego, una intensa mirada de rayos-X. La notó. Más tarde me preguntó cuál era la razón de mi indignación, si era porque S. me hubiese comentado algo que ella no supiese, por supuesto que no le iba a decir que no me había gustado su actitud con S. porque yo no soy nadie para juzgar nada, mi causa era otra, me había metido en camisa de once varas para defender al más débil, como siempre hago, aunque yo ni pinche ni corte en la relación que había entre ellas. Quise terminar con todo aquello pero no me dejaba. Zanjé la absurda discusión pidiendo perdón (sinceramente) por mi tono tan seco que a veces resulta desconcertante.
No sé porqué me meto en estos líos porque no gano nada, sólo un mal sabor de boca al darme cuenta que otra vez estoy defendiendo causas perdidas y luchando contra molinos.

1 comentario

duarte -

pero si no se hace, revienta uno...