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SAUDADE

¡Seamos claros!

Ayer mientras paseaba de un lado a otro por la casa, yendo y viniendo de la cocina al salón, del salón a la habitación, de vuelta al salón, con la excusa de ir a buscar no sé bien que cosas reflexionaba con indignación sobre una serie de comentarios que acababa de oír, relativos a la integridad de las personas. Siempre me ha desconcertado la gente sin criterio definido, quizás porque yo sea, lo reconozco, demasiado radical en eso (a veces creo que me paso), pero es que no puedo entender a quien defiende una cosa pero si se presenta una ocasión en la cual tiene que demostrar dichos valores, de repente le tiembla el pulso y se une a la masa, trastabillando y echando por tierra las bases sobre las que se supone que sustenta su personalidad. Me refiero a situaciones que aceptas sumisamente pero que por detrás criticas o a personas que no soportas pero tratas hipócritamente bien (ojo, no hablo de no ser educado, eso siempre, sino de aparentar amistad del alma).
En lo que a mi respecta asumo que tampoco me comporto correctamente porque a ese tipo de personas que intuyo que son así no les doy muchas oportunidades (a la hora de conocerles), las “descarto” automáticamente, intento ser diplomática con ellas pero me dan ganas de preguntarles por qué se contradicen tanto en sus ideas de la noche a la mañana.
La cuestión es que ayer, sin saber bien por qué me sentí, de nuevo, un poco sola.

2 comentarios

misslucifer -

que haceis por españa que no venis? jooo, yo si que me siento sola, camino por vigo, y me siento sola,...venid yaaaaa!!!

Duarte -

Te entiendo perfectamente...
Pero no eres la única. Piensa que en realidad hay mucha más gente como tú, lo que ocurre es que tendemos a aislarnos. Algún día saldremos a la luz. No estás sola.