Viaje a los sueños polares
Llevaba todo el día nerviosa. Hacía tiempo que no me ponía así las horas previas a un concierto. Supongo que ocurre sin más, te encuentras a ti misma frotando las manos o moviendo los pies sin poder parar. Glósóli sonaba unas mil veces y mis pelos se seguían poniendo de punta otras tantas. Se acercaba la hora.
Llegamos puntuales. Apenas podía hablar. Era como los minutos previos a un examen donde no quieres que te digan nada porque estás repasando mentalmente la última hoja de apuntes... por si acaso. Así estaba yo, en mi mundo, con mi ofrenda privada de silencio y concentración. Espectante pero sin temor a que defraudasen todo ese cúmulo de espectativas, era imposible.
Amina nos susurró notas suaves al oído. Su delicadeza nos transportaba a otro lugar, no sé si frío o cálido, de oriente o de occidente, real o imaginario. No importaba. Ninfas descalzas caminaban sin pisar una alfombra mágica y se alternaban en los instrumentos haciendo música celestial. Terminaron con fuerza, como anticipo a lo que nos dilataría las pupilas después.
Se apagaron las luces, aplausos desde el primer segundo ponían de relieve la emoción contenida de un teatro lleno. Luces rojas, cuatro figuras inmóviles separadas de nosotros por una cortina que las hacía, si cabe, más etéreas. Takk... y Glósóli para empezar, apenas tres o cuatro minutos y ya nos habían subido a los cielos, como si fuese tan fácil... No pude bajarme de allí. La bola de nervios en mi estómago no desapareció en ningún momento. No puedo explicar la mezcla de sensaciones porque sonaría más empalagoso todavía de lo que ya he escrito hasta ahora, había que vivirlo, dejarse llevar, deleitarse con cada acorde.
El final fue apoteósico. Como el de una ópera que te deja traspuesto, te impacta y te arranca de cuajo una miscelánea de amor, odio, tristeza, alegría, ilusión... para hacerla flotar por todo el teatro y sumarla a la de los demás. Imposible permanecer indiferente. Pueden dejarte frío pero me alegro de que ese no sea mi caso.
Se despidieron dos veces con la ovación propia de los grandes y nos dejaron allí, sintiéndonos minúscula materia que ha sido partícipe durante más de una hora de su universo, viajeros de una gran aventura. Con las piernas todavía temblando bajamos las escaleras para darnos de golpe con la realidad.
Todavía no quiero despertar...
7 comentarios
misslucifer -
yo -
Galis -
yo -
out -
misslucifer -
adelita -