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SAUDADE

A tientas

Esta noche la tímida luna se esconde tras los árboles, educadamente, para no molestarme en mis pensamientos, de vez en cuando me susurra frases al oído que no logro entender.
Vuelvo a meditar...
Hubo un tiempo en que era fuerte, respiraba hondo, lo echaba todo a la espalda y seguía en la brecha. Todavía no comprendo el origen de esa fortaleza. Energía que emana de una ilusión o de una meta. Sin mi consentimiento el mundo ha girado y me encuentro colgando de un hilo boca abajo. Hay días en que la sangre se agolpa en mis sienes, latiendo, pon, pon, pon, sin embargo hay otros en los que no siento nada. Si un transeúnte despistado se acerca sorprendido por la situación y trata de descolgarme simplemente le miro de reojo, escudriñándole para averiguar que es lo que pretende a cambio de ese favor. Finalmente consigo que se aleje espantado por una extraña energía que le expulsa del círculo en el que nos encontramos encerrados mi sombra y yo.
Levedad que me alivia del peso de mi cuerpo, todos somos levedad, nada es tan importante.
Continúo divagando...
La sensibilidad que convive conmigo cumple años en progresión geométrica, se sienta en mi banco, me coge la mano y se deja llevar cerrando los ojos. Huele a verano, suena esa fuente, canta aquel pájaro, ella lo percibe y trata de transmitírmelo apretando mis dedos. Los días que está de buen humor nos reímos mucho juntas pero si le falta alegría me duele su dolor como una punzada certera en el alma y lo peor es que no sé qué hacer para ayudarle, no sé cómo ayudarme.
Me pierdo...
Ojos interrogantes de niña que todo quiere saber observan el mundo desde un balcón verde pero no entienden nada. Parece que todo ocurrió ayer y sin embargo empieza a tener arrugas en la cara. Nunca el tiempo es perdido dijo alguien en una canción, pero entonces ¿cómo está notando que se le escurre entre los dedos mientras permanece rígida e inmóvil sentada en su sillita de madera? Una vez tuvo sueños que brillaban como los puntos de luz que se ven en el cielo de las ciudades sin farolas. Ahora se ha mudado a otro país y se olvidó de incluirlos en el equipaje, ¿o acaso alguien se los robó?

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