Resucitando
Sin apenas haber dormido, por razones que otro día contaré, os comento que por fin tengo un ordenador desde el que poder escribir con frecuencia, al menos por ahora. Terminé la etapa (por decisión mutua y ahorro los detalles por no removerlos) en un curro-secta en el que me encontraba completamente anulada y absorbida. Erré en la elección pero porque me engañaron asegurándome un buen ambiente de trabajo. Un cúmulo de despropósitos, entre ellos la envidia hacia mi persona, cuyas causas no conseguí entender, de la que fui informada directamente por la responsable de RRHH.
Tengo que pasar página cuanto antes, puesto que todo lo que ha ocurrido no ha sido motivado por mi competencia profesional (a la que por supuesto no podían poner ninguna pega ya que no existían motivos y tampoco se lo hubiese permitido puesto que nadie lo ha hecho nunca hasta ahora) sino a "no entrarle por el ojo" (y prefiero no ser vulgar pero en la expresión encuentro bastante con lo que replicar) a la responsable del departamento. Una nueva vuelta de tuerca al tema manido de ser lo que los demás quieren que seas (incluyendo el cinismo y la crítica gratuita a discreción) o ser tu misma. Por supuesto de sobra sabéis que mi elección me ha llevado a entrar de nuevo en la rueda de la búsqueda de empleo...
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